VOLVER

VOLVER

Rozando el mes. Semanas en una isla desierta. Tantos días con internet como único medio posible para mantener el contacto. Para mantenerlo y reforzarlo. Horas plagadas de videollamadas con gente con la que hace mucho que no hablas pero que, en realidad, siempre han estado ahí. Llamadas con los de siempre, con los que quieres, con los que te quieren. Ha tenido que llegar una pandemia para que ocurra y darnos cuenta de las ganas que tenemos de abrazarnos y besarnos. Pero en realidad, ya lo sabíamos. Ahora nos ilusionamos día tras día llenando la agenda con planes que hemos apalabrado y que empiezan con un “cuando todo esto termine…”

Porque solo queremos eso, que termine. Porque en cuestión de segundos se te cae la casa encima.

Todos tus sentidos te gritan porque necesitan que ese “tengo ganas de verte” se haga realidad. Sin duda, es un tiempo para aprender. Aprender a valorar lo que tenemos y mimarlo.

Aprender a echar de menos. Entre otras cosas, yo he aprendido a recurrir a mi cerebro y a los aromas anclados en él y en el alma.Y es que, ciertos olores son engaños contra la añoranza.

Judith, Bilbao

Deja un comentario

Cerrar menú